GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ
Es un escritor, novelista, cuentista,guionista y periodista colombiano. En 1982 recibió el Premio Nobel de Literatura. Es conocido familiarmente y por sus amigos
como Gabito, o por Gabo desde que Eduardo subdirector del diario El Espectador, comenzara a llamarle
así.
Gabriel García Márquez
está relacionado de manera inherente con el realismo mágico y su obra más conocida, la novela Cien años de soledad, es considerada
una de las más representativas de este género literario e incluso se considera
que por su éxito es que el término se aplica a la literatura desde los años
setenta.
En
2007, la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la
Lengua Española lanzaron una edición popular conmemorativa de esta novela, por
considerarla parte de los grandes clásicos hispánicos de todos los tiempos. El
texto fue revisado por el propio Gabriel García Márquez.
Gabriel
García Márquez es famoso tanto por su genio como escritor, como por su
habilidad de usar este talento para compartir sus ideologías políticas. Su
amistad con el líder cubano Fidel Castro ha causado mucha controversia en el
mundo literario y político.
Novelas, libros de recopilaciones y reportajes
CIEN AÑOS DE SOLEDAD
Es
una novela del escritor colombiano , Gabriel García Márquez. Considerada una obra maestra de la literatura hispanoamericana y universal, es una de las obras más
traducidas y leídas en español. Fue catalogada como una de las obras más importantes de
la lengua castellana durante el IV Congreso Internacional de la Lengua Española celebrado en Cartagena
de Indias en
marzo de 2007.
El libro narra la historia
de la familia Buendía a lo largo de siete generaciones en el pueblo ficticio de
Macondo.
José Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán son un matrimonio de primos que se casaron llenos de
presagios y temores por su parentesco y el mito existente en la región de que su descendencia podía tener
cola de cerdo. En una pelea de gallos en la que resultó muerto el animal
de Prudencio Aguilar, éste, enardecido por la derrota, le gritó a José Arcadio
Buendía, dueño del vencedor: "A
ver si ese gallo le hace el favor a tu mujer", ya que la gente del
pueblo sospechaba que José Arcadio y Úrsula no habían tenido relaciones en un
año de matrimonio (por el miedo de Úrsula de que la descendencia naciera con
cola de cerdo). Así fue como José Arcadio Buendía reta en duelo a Prudencio, en
el que, José Arcadio lo mata al atravesarle la garganta con una lanza. Sin
embargo, su fantasma lo atormenta apareciéndose repetidas veces en su casa
lavándose la herida mortal con un tapón de esparto. Así es como José Arcadio Buendía
y Úrsula Iguarán deciden irse a la sierra. En medio del camino José Arcadio
Buendía tiene un sueño en que se le aparecen construcciones con paredes de
espejo y, preguntando su nombre, le responden "Macondo". Así,
despierto del sueño, decide detener la caravana, hacer un claro en la selva y
habitar ahí.
“Cien
Años de Soledad”
Muchos
años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía
había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el
hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y caña brava
construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un
lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo
era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas
había que señalarlas con el dedo. Todos los años, por el mes de marzo, una
familia de gitanos desarrapados plantaba su carpa cerca de la aldea y con un
grande alboroto de pitos y timbales daban a conocer los nuevos inventos.
Primero llevaron el imán. Un gitano corpulento, de barba montaraz y manos de
gorrión, que se presentó con el nombre de Melquíades, hizo una truculenta
demostración pública de lo que él mismo llamaba la octava maravilla de los
sabios alquimistas de Macedonia. Fue de casa en casa arrastrando dos lingotes
metálicos, y todo el mundo se espantó al ver que los calderos, las pailas, las
tenazas y los anafes se caían de su sitio, y las maderas crujían por la
desesperación de los clavos y tornillos tratando de desenclavarse, y aun los
objetos perdidos desde hacía mucho tiempo aparecían por donde más se les había
buscado y se arrastraban en desbandada turbulenta detrás de los fierros mágicos
de Melquíades. “Las cosas tienen vida propia -pregonaba el gitano con áspero
acento-, todo es cuestión de despertarles el ánima.” José Arcadio Buendía, cuya
desaforada imaginación iba siempre más lejos que la magia, pensó que era
posible servirse de aquella invención inútil para desentrañar el oro de la
tierra. Melquíades, que era un hombre honrado, le previno: “Para eso no sirve.”
Pero José Arcadio Buendía no creía en aquél tiempo en la honradez de los
gitanos, así que cambió su mulo y una partida de chivos por los dos lingotes
imantados... Exploró palmo a palmo la región, inclusive el fondo del río,
arrastrando en voz alta el conjuro de Melquíades. Lo único que logró
desenterrar fue una armadura del siglo XV con todas sus partes soldadas por un
cascote de óxido cuyo interior tenía la resonancia hueca de un enorme calabazo
lleno de piedras...
BIBLIOGRAFÍA UTILIZADA
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